He vuelto a hundirme en mis silencios, donde ni la conciencia atiende a las miserias de rastrojos coronados de impurezas. He vuelto a verme desterrado del pais de los bastardos que no lloran porque tragan lo que los demás desechan por las letrinas de la vida. He vuelto a sufrir por indecencias de pecados de un Dios que anda perdido, perdido porque no existe, descoronados sus secretos por gente que sin saberlo, ni conocerlo, con su fe, pervierten. He vuelto a descubrir en los absurdos, la rabia del desamparado, del luchador empedernido que disfraza de leyenda su verdadero pan de cada día. He vuelto a apagar la televisión porque solo salen cerdos, con corbatas des seda. He jurado volver a sonreir cuando el hombre enrabietado levante su voz y destrone al indolente. He soñado con volver a sonreir cuando todo sea como ayer.
Pues, ayer, ayer precisamente, te vi. Ibas con corbata. Y sonreías, aunque de otra manera.
ResponderEliminarAbrazos, siempre