"Aprendimos a mirarnos con las manos,
A tocarnos con la voz.
Con el tiempo aprendimos
Lo que importa y lo que no"
Capitán Cobarde
Tu recuerdo se presenta de nuevo sin llamar, sin preaviso, como cada noche, cuando la luna abandona su silencio.
Me desvanezco entre sueños cual bruma de la mañana en la penumbra de la creciente oscuridad, donde mi soledad y tu recuerdo se ponen de acuerdo para mostrarme mi desgracia, en llenarme de ausencias. Vuelvo a abrir los ojos y solo veo desolación. Vuelvo al delirio del duermevela inquieto y uno a uno recorro todos los lugares en los que fui feliz a tu lado y en todos encuentro siempre tu sonrisa y siento cómo las estrellas brillan con tus ojos. Sueño con abrazarte, pero cuanto más intento acercarme, más me alejo aún de tu abrigo, ruina una y otra vez. Sólo me quedan imágenes al despertar, rincones sin luz, miradas desesperadas. Y como cada mañana vuelvo a mi rutina de siempre, al día después, a vagar por el mundo que nos toca vivir, pero siempre acompañado de tu recuerdo, del calor de tus manos, el cariño de tus palabras y del peso de tu ausencia.
Recuerdos Por Siempre.
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