No sé si las musas quieren saber de mi.
O del viento que vuela sin remordimiento hacia un lugar ajeno a tempestades.
Interceptado en su vaivén
Por el tumulto de un desparpajo de silencio.
Limitado en su sonrisa un folio en blanco
Atrapa la literatura en fantasía disciplinada.
Quién pudiera ser poeta, quién quisiera ser poeta! Yo no. Sólo juntador de letras sin brillo propio, un ladrón de ideas. Un delicioso delincuente afanado en lecturas extrañas.
Sentado en mi butaca azul, con un riquísimo vaso de ron, un cigarro apagado y los ojos cerrados, mis dedos agarran un lápiz de carbón.
Y comienza el baile de trazos negros sobre el papel que ayer era blanco y hoy de amarillento apergaminado.
Una buena música de Robe suena al fondo
Y me dejo llevar por ese mismo viento que sin remordimiento mece los sentidos ajenos al mundo exterior.
Para Robe Iniesta.
Que estos delicados momentos de hoy te lleven mecido hasta la próxima vez que coincidamos, tú sobre el escenario, yo alucinando abajo. Recupérate maestro.
Tú percepción de la realidad me encanta. Es lo que llevo buscando todoa mi vida.
ResponderEliminarBonita letra a Robe.
Besos siempre.