Dulce Sabor

 Dejé entrar la ternura,
y sin más desnudé mi alma,
seducida por la dulce vida
de la belleza en tu mirada.

Cecii Ailin

 (Cuando tus ojos me miran)

Cuantas noches soñé que regresabas,

Cuántas noches soñé con el ayer.

Cuántas veces vi tu rostro en mi almohada,

Cuántas veces noté la dulce suavidad de tu piel.

Rocé la curva de tu espalda

En mis noches agrias de placer,

Estás logrando volverme loco

Si al despertarme me encuentro solo…

…Otra vez.

¿Ya no existe  nada entre tú y yo?

¿Es posible el fin del calor del sol?

Me pregunto. 

Un mal sueño. Pesadilla.

No te has ido, no eres así.

No abandonas porque sí.

Uff.

Me ha dolido este sueño

Más que un puñal clavado,

En el que te veo llorar a mi lado

Y Azrael  es mi dueño.

Escalofríos en mi mente ocupan

Su lugar

Congelando el ambiente

Embriagando mi despertar.

No, no se puede apagar de repente

El latido del corazón.

La llama decae, pero

Las ascuas aguantan el calor,

Calientan cuando se acerca el invierno,

Cuando se da lo que no se tiene,

Cuando la vida pasa como un huracán

Y nos sumerge en la rutilante oscuridad.

Es lo que siento yo,

Es lo que noto yo,

Es lo que dicta la razón.

Pero al final siempre gana

El corazón.

¿O no?

Me despierto y de verdad,

Observando al espejo, sonrío,

Compartiendo con él la emoción,

De tenerte a mi lado

Con el mismo almohadón que un día

Nos inundó el corazón.

De savia nueva.

De dulce sabor.

A ellos. A ti.