No quisiste detener el tiempo en los momentos duros porque al fin, nos tendrás a todos delante, cuando puedas abrir los ojos y…notes todas las palabras... sentirás todos los abrazos que nunca te dio nadie, bailarás con nosotros ese tango triste que has querido bailar tú sola, y sentirás que nunca nadie te dejará caminar sola (valga la redundancia), todos, tras de ti, y tú te darás cuenta, claro que te darás cuenta.
Volveríamos a dejar el lastre, lejano ya, hartos de perder el tiempo con bastardos sufrimientos, solo por tenerte de frente otra vez.
Te tendremos pronto al aire, al sol. Nos pegaremos otros muchos bailes en la corte de algún rey, (ellos también te esperan, tus cortesanos motineros) y veremos los alardes de reina valiente que siempre nos demuestras.
Te esperamos hasta la victoria. Siempre…
Combativo y esperanzado texto, aunque -eso sí- con una ensaladilla de tiempos verbales
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