Cinco de agosto marca el calendario
Madrid se viste de dolor en una noche negra.
Las lágrimas convierten la lluvia en sangre en la cárcel de las Ventas.
La tortura, la espiral represiva, actos de venganza que espesan aún más la noche madrileña. En camiones desvencijados, vacías de alpargatas, preparadas para la cruel matanza.
En la tapia del cementerio, agujeros incrustados recuerdan el sonido de los balazos de los fusileros.
Trece, esta vez fueron trece, el pecado, la libertad, su delito, su libertad.
Formadas quedan al lado de la fosa que las guarda hoy, los asesinos preparan la vergonzante venganza de Casado.
Pero no conseguirán que su aroma se olvide porque aún hoy sus pétalos revolotean cada cinco de agosto por la Almudena, cada vez más frescos, cada vez más vivas, las trece rosas.
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