El destino me engañó.
Dejar, fue esperar la vida
Y acatar la sinrazón.
Aunque sé como resistir al tiempo,
Dientes de guadaña, sueño perdido,
Ese ángel caído que vive en mí.
Mi pena se condena al viento
Porque sé quién soy,
Venceré los miedos, augurios
En clave de sol.
Controlaré al monstruo que sé
Que volverá a nacer en mí.
Pero no, no rezaré,
No rezaré por otra identidad.
Oigo expirar el último aliento
De mi alegre corazón
Y ya no te olvidaré jamás,
Quisiera dibujar tu sonrisa
Con mis labios en tus labios;
Sé que con tu amor
El hechizo se romperá
La bestia que vive aquí
Desaparecerá, y volverá nacer en mí
La razón de vivir.
Con sus alas al viento
La gárgola anunció,
Grita sin parar:
Dejame salir, déjame volar.
En el último vagón,
Es la última estación.
Ese modo tuyo al escudriñar palabras , construir puentes-, libertades, rebeldías, un catapultar al abismo del yo.
ResponderEliminarBesos siempre.