Se hundió mi corazón aquella noche
Dime qué puedo hacer para no olvidarte
Peteneras y bulerías
Nacieron para nombrarte
Ahora que estás en luz
Dime qué puedo hacer para no olvidarte.
Hubo un tiempo en que no fui
Lo que deben ser los hijos
Tanto tiempo que pasó
Sin siquiera una llamada
Ahora que ya te has marchado
Se me encoge la mirada
Y mi corazón furioso cruje
En lo más hondo de mil almas.
Dime qué puedo hacer para no olvidarte.
El silencio me desata al pensar en tu mirada
Aquella noche que quisiera borrar.
Fue un segundo, una mirada, tu mirada.
La luz de tus ojos. Tu luz.
La que ilumina el camino.
Y me di cuenta (tarde) del quebranto
Y falta de palabras(mías)
Aunque fueran absurdas
Y de los abrazos que perdí
Y a los besos que falté.
Pido al Dios de los creyentes,
El tuyo,
Que me aguarde en tu regazo
Que cuando muera quiero ir
Allá donde me diste la vida
Allí donde estés tú
A morar en tu barriga.
Unas lágrimas se me han escapado.
ResponderEliminarQué belleza de poema a tú madre.
Un abrazo fuerte Gustavo.
Desde lo hondo salen a borbotones en tintas de sangre éstas letras amargas que nunca quise escribir.
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