Volví a nacer cuando perdí el dolor de tus silencios,
cuando descubrí en el placer de tus miradas lo que
siempre enmarcaban mis sueños…

"En lo Hondo"
Gustavo GP

miércoles, 27 de enero de 2016

Una de Historia

Motín de Aranjuez 1808


Y hoy hemos vuelto a dialogar,
De motines y rescates,
De chorizos “delincosos”.
No es por antaño menos escabroso...
Obvien el palabro, comentario chistoso.
Dice el dicho:
Al final de la cuerda cuelga siempre un chorizo.

Pero aquí no fueron gabachos,
El preferido de una reina
Ministro en despedida
Choricero le decían.

No hiciéronselo ver a este pueblo decadente
Que pecó de ser valiente
Abrazándose a una monarquía
Que no solo se vendía, corrompía.
Resaltar el valor de encorajinados
Vecinos, que sin más armas que sus manos
Empezaron su reconquista
Que terminó en el 2 de Mayo.

Después de esta pincelada histórica
Y Heroica de nuestro amado pueblo.
Volvamos al presente que eso si es un hecho.
Aranjuez se levanta
Y yo me acuesto.

Y sabrás que no es un don,
Es una suerte
Poder volver a verte,
Aunque esta vez,
No seas tú mi muerte.

 

Reflexiones III

...maquinan como siempre
sabe dios lo que se guisa
facil se cambia de opinión

y se asume la divisa
hoy no se vive de ilusion
se vive de repente...
 
Rosendo Mercado


En algún lugar bajo la agreste piel congelan tu sonrisa y te preguntan:
¿De qué vas?
¿Por qué te sales del camino?
¿Por qué esquivas el sendero?
Contestación fácil al rompecabezas compañero, salgo del camino precisamente para empezar a caminar, para evadirme de las enredaderas.
Porque me escandaliza lo establecido y la baba de los que miran sin mirar, que ya me sobra cuajo para empaparme en gasolina yo solito y rascarme a ver si prendo.
Porque en esta vida hay dos razones de peso que marcan los caminos: las excusas y los hechos.
Y yo he decidido vivir de los hechos que dicta mi día a día.

sábado, 23 de enero de 2016

Más Que Un Sentimiento






Sentados en un aislado rincón del parque viendo la vida pasar, atardecer rojizo y somnoliento, observando a los abuelillos caminar, nos encontramos aquella vez. Y hoy años después me veo aquí de nuevo recordando despedidas.
Sus manos entrelazadas, paseando, sonriendo al sol de un invierno que no quiere llegar.
En este perdido rinconcito, los niños juegan y ríen, corretean ofreciendo a las palomas migas de pan, que con su ulular y su paso chulesco divierten a los chavales.
Unos cuantos pintores plasman sus recuerdos en lienzos a medio ensuciar.
Cantan los pajarillos en sus nidos de paja y enaltecen un ambiente que destila primavera.
A lo lejos, dos tortolitos comparten salivales, besos y abrazos a destajo.
Nada ha cambiado en estos años, generación tras generación, niños convertidos en abuelos, nietos que ya son padres, volvemos una y otra vez a los mismos sitios, a las mismas costumbres idiotas, a la rutina de siempre.
Dicen que el rojizo del atardecer acuna el alma, cuando ves cómo el sol, cansado de su largo caminar diurno, se hunde en el horizonte para dejar paso a su eternamente esquiva y amada Luna. Cuentan que ese momento del día es el perfecto para los enamorados, para enfundarse en el más absoluto sentimiento cuando se está solo, acompañado, triste o eufórico. Que es un bello motivo para una fotografía…para la fotografía del recuerdo de una vida.
Yo seguiré garabateando el lienzo que a medias llevo desde hace tantos años, ¿Verdad?

jueves, 14 de enero de 2016

El Atico


  No sé que os parecerá, me vuelvo a atrever con los relatos un poco más largos.

 
Ese día estaba especialmente cansado. Subía desganado las escaleras de su portal al finalizar su jornada. Se apoyó en la barandilla un instante para recobrar el aliento antes de recorrer el largo descansillo con amplios ventanales que le conducía hacia la puerta de su pequeño ático. Allí, inmóvil contemplaba las estrellas en la noche clara, absorto en sus pensamientos.
Era el único vecino del inmueble, un edificio medio en ruinas, paraíso de ratas, ratones y demás alimañas.
Encendió el enésimo cigarrillo y se lo fumó en la tranquilidad de la noche antes de entrar en casa. De pronto algo llamó su atención, un resplandor seguido de una sombra recorrió el desvencijado patio  de la vieja casona, en la habitación contigua al viejo abrevadero, hasta detenerse fijamente sobre él. Un frenético escalofrío recorrió su cuerpo e hizo que su corazón palpitara fuertemente. El sobresalto le hizo echarse hacia atrás y pegarse a la pared del descansillo. Cuando consiguió calmarse, volvió a acercar su mirada por la ventana y no había nada. Allí no había ni rastro de presencia alguna. Se obligó a pensar que había sido fruto del cansancio y de su imaginación, por lo que entró en su ático dispuesto a descansar.
Pasó la noche inquieta, repleto de sudores extraños.
A la mañana siguiente, un nuevo día igual de rutinario que  el anterior, aunque no dejaba de pensar en lo acaecido la noche anterior. Algo, no sabe qué, le daba vueltas en la cabeza y le hacía sentirse de lo más extraño, como un cruel dejavu.
 De nuevo se encontraba subiendo las escaleras del portal, al llegar al descansillo de siempre, se paró, pero esta vez no iba pensando en el agradable momento de fumarse su cigarro, si no con las ansias de poder contemplar la ventana para ver si podría ver algo. Pero no había conseguido ver nada fuera de lo común y se disponía a entrar en casa.
En la última calada le pareció ver de nuevo el resplandor, seguido de la sombra inquieta de mirada penetrante. Pero tal como apareció, se desvaneció  dejándole nuevamente con la duda de si era real lo que veía o no. Esa noche aunque cayó tan cansado en la cama como siempre, no podía quedarse dormido pensando si la sombra estaba ahí de verdad o era el agotamiento producido por las largas noches de trabajo en la editorial y que le tenía terriblemente aletargado.
Al día siguiente al acabar su jornada, volvía a casa más cansado que ningún otro día, le temblaban las manos y el cuerpo se le estremecía con temblorosos espasmos producidos por la fiebre.
Pero de forma inesperada, al subir las escaleras, una extraña fuerza tiraba de él hacia arriba, notó el alivio en sus piernas  y subió de tres en tres los desvencijados escalones hasta llegar al ventanal del angosto pasillo. Encendió un nuevo cigarrillo y empezó a observar a través del ventanal por si llegara la sombra. Y allí estaba, mirándole fijamente, la veía con más claridad que nunca distinguiéndole los ojos brillantes de gato.
Un espasmo súbito volvió a recordar que las piernas le dolían intensamente, y el miedo, esta vez sí, el miedo recorrió todo su cuerpo haciéndole trastabillar y caer justo antes de entrar en su casa, cerrarlo todo con llave y meterse en la cama vestido como iba.
Esa noche no pudo pegar ojo, se preguntaba el motivo de porqué estaba hospedado en ese caserón abandonado sin más vecinos que las ratas y gatos, qué podía ser esa sombra, ¿alguien que quisiera que se marchara de allí?
Sacó todo el valor que pudo conseguir con unas copas de ron y se acercó hacia la habitación que daba al patio abandonado de la vieja casona con la intención de averiguar de una vez por todas qué era esa cosa.
Se encontraba cercano al pilón cuando su cuerpo empezó a temblar y su cabello a erizarse. Sintió unas enormes ganas de salir corriendo pero la curiosidad pudo con él y se armó de coraje, Abrió la puerta que respondió con un estruendoso chirrido oxidado y entró.
 Todo se encontraba en completa oscuridad, aun así pudo ver un viejo candelabro que conservaba restos de lo que serían velas y lo encendió. Lo que pudo ver en la poca luz que emitía el candelabro le heló la sangre, En una esquina, una figura toda vestida de negro. Estaba encorvada y parecía mirarle fijamente.
Se quedó completamente inmóvil y quería salir corriendo de allí pero sus piernas no reaccionaban a las órdenes de su cerebro.
De pronto se le acercó y sin decir nada alargó su mano invitando a este que la cogiera, había algo irresistible en aquella sombra y no pudo evitar que su mano se entrelazara con la de la figura.
Fue en ese momento cuando la sombra se despojó del turbante que le tapaba la cara y fue cuando entendió por fin todo lo que ocurría. Le pasaron una a una como viñetas de un cómic, todo lo acaecido en los últimos días.
La sombra era él mismo. Estaba muerto y lo sabía, ahora lo comprendía todo.
El otro día encontraron el cadáver de un joven en el pasillo de su casa mirando por la ventana a un punto infinito del patio, con los ojos totalmente en blanco y una expresión de terror en el rostro. Estaba totalmente rígido rodeado de una inmensidad de colillas.
Cualquiera que lo hubiera visto desde fuera hubiera creído que estaba vivo mirando a través del amplio ventanal.

 

 

 

 

 

miércoles, 13 de enero de 2016

Que Nunca Amanezca


Cuando las luces se apagan, la noche se hace más y más oscura. Pero allí, en el rincón de los sueños, es cuando todo amanece, cuando todo aparece.
Es allí por donde saldré a buscarte para llevarte al mundo que nos pertenece, donde nadie nos encuentre y el ahora sea siempre.
Cerraremos la puerta al sol para que nunca nos amanezca, que podamos llenar de besos nuestros corazones, sin tiempo inerte, que los sueños nos iluminen en nuestra rareza. Que nunca se acabe la noche de luna bandolera.
No volveré a bajarme del blanco corcel ni me esperarás en carrozas de calabaza con zapatos de cristal, vagaremos por los cuentos hasta nunca jamás.
Seremos como dos gatos sobre los tejados de la noche estrellada, que no conocen destierro, a los que no les importa lo que digan de ellos la gente porque en los sueños no existen las  leyes que no sean nuestras.

domingo, 10 de enero de 2016

Alegría.



Si me revuelco en tos los charcos 
no saco ni un pez 
si no hay lentejas en el plato 
no se puede comer 
eso como va ser, 
que se mueran de hambre 
Los niños de boca torcida 

Poncho k.

Dedicado a todos los repletos de manjares.



Hace días que no encuentro la alegría,
Paseando por mi calle melancolía. Alegría
Recuerdo que yo a ti te conocía
Alegría
Quien fuera capaz de mantenerla
Cada día.
Alegría...
Tú que  a mi siempre me pedías
Alegría...
Que sonriera aunque no conociera
Alegría...
Decidiste marcharte a vivir
A otra zona
Alegría...
Decidiste abdicar, mala sombra.
Alegría...
Te espero cada lunes vida mía
Alegría...
Alegría...
Manera de vivir sin apatía.



sábado, 9 de enero de 2016

Buscando un destino



Voy caminando por la calle oscura, entre la niebla de un invierno que no por retraído viene menos dolorido, esperando jugarme la vida por otra causa perdida....que me haga de una vez comprender la razón del porqué la luna no entiende de los motivos reales y mortales de perder el olvido de una memoria infinita. De la copa de un sol frío donde colgarse para recuperar el sentido del sustento.



sábado, 2 de enero de 2016

Entre Sangre Y Muerte.





Te escribo ahora que retorna a mí el valor
De poder contarte, ahora que ya todo terminó,
Tanto tengo que contarte que cien vidas necesitaría
Pero ya es tarde, ya se pone el sol.
La batalla terminó.
Miro alrededor y todos van hacia la noche
Yo tendré la misma suerte, su misma suerte.

Quisiera poder detener el tiempo, volver atrás
Las agujas de un reloj que nos olvida pronto
Poder recompensarte los días vividos a tu lado
Los días en los que fui feliz.
Pero me marché sin decir adiós
Sin darte tiempo a asimilar nada
Dejando vacío el sentido del camino.
Llamaron a mi puerta y me fui, creyendo en la voluntad
Del bien de la paz con guerra.

Ahora vivo descamisado
Caminando a pasos inertes
Entre la sangre la muerte
Gritos y dolor... 
Siento llegar la oscuridad.
Al calor de tus abrazos
Vuelvo
Sin volver.

Hoy soldado del cielo
Me siento bien
Sigo siendo siervo fiel 
De este mi destino.

Te aseguro que te amé
Pero no podía durar,
Era demasiado bonito.
Olvidé por un momento
Que esto podía pasar
Cielos nublados
Senderos oscuros entre sangre y muerte. 

Perdóname, perdóname…
En el fondo sabía que no iba a volver
Y tú también.
Te vi en sueños,
Vi que tú eras mi sueño
Mi sueño perdido entre la realidad.

Ya no me duele
Noto el alivio en esta carta manchada
Con mi sangre.
Ya no me duele
Una nueva era llegará
Para no morir jamás.

Ya no hay dolor, ni pena ni maldad.
Ahora te veo siempre.
Con los ojos doloridos
Nota mi abrazo fuerte.

La nostalgia recuerda los viejos tiempos
Y eso duele más en el pecho
Que todo lo aquí vivido entre sangre y muerte.