Que no quiero tumbas
donde dejen flores,
Que no quiero llantos
ni pensamientos tristes;
Cuando regrese al
olvido, la Santa Compaña,
Me guiará en la noche
y son vuestras sonrisas,
Lo que mi última
mirada recordar quisiera.
Quiero que vuele libre
mi alma por los campos,
Por los ríos y anchos
mares.
Por la luna caminar y
observar la vida que os queda.
Como fiel guardián.
No, no quiero tumbas,
ni llantos, ni crisantemos.
Quiero volar libre
donde siempre pueda contemplaros.
No quiero trajes de
madera, ni cuartos oscuros
Ni mortajas ni
ungüentos, ni plañideras de velorios.
Siempre me han dado
tedio.
Quiero fundirme en
recuerdos,
¿Sabes?
Mis cenizas, al
viento.
Vale, iremos los colegas a hacer el botellón. Lo único, procura no mancharnos con esas cenizas, lego mi madre me abronca por llevar sucia la ropa.
ResponderEliminarSalud-os