Caracolas

Sentado en silencio
Pensándote a gritos,
Oteando el horizonte
Vienes a mi en forma de sueño.
Sabrás que soy yo
Cuando notes el calor
De la comisura de mis besos.

Uniremos los abrazos al oído.
A los minutos sin reloj,
A los vientos que me agitan
Cuando te digo adiós
En el puerto de los que miran detrás
De la mirilla en el portal.
Por si las manos olfatean
Algo más....

Te fuiste un día para no volver,
Y en estos días, en mis sueños
Vienes a mi en forma de brisa.
Indicio de tu paradero prohibido.

Respirarte y llenarme de ti.
Oler a mar a cada bocanada.
Caracolas de deseo,
Danza de delfines,
Cosquilleo.

Buscarte,
Esperarte.
Aquí en el sol.
A que vuelvas.

Se pierde mi vida
Se aleja con el viento
Y solamente  le pido
Que me cuente si de ti ha sabido.

Estelas

Roto el frío que hiela mi vida,
Truenan los silencios
En  la despedida.

La brisa encuentra
Lo que nadie busca:
La estela de un cometa.

Cometa que huye
Olvidando los caminos,
Alejándose del mundo conocido.

Quien tuviera los ojos de la luna
Para poder mirar en la noche oscura.
Tormentas de escarcha huid

El Valle del Silencio

El silencio se ha prestado a vivir conmigo,
Deja reposar su calma sobre mi despojada alma
Aislándome del banal ruido,
Alejándome del eco, de las voces.
Me acerca a la soledad,
A la calma que tanto ansío,
Donde reina la quietud del tiempo.
Un tiempo que parece ya olvidado, lejano,
Austero y engañoso.
Me quedo callado,
Observo el grito del silencio,
Abrumador, estremecedor.
Pero allí, en sus calles,
Las palabras no pueden hacerme daño,
Las ironías quedan en vocablos absurdos,
Vacíos de nada.
Palabras perdidas en el valle del olvido
Me encierran en este silencio.
Este sutil silencio,
Convertido en refugio que:
Me arropa…
Cuando muero de frío,
Me alienta…
Para que la vida no me derrote,
Me acompaña…
A respirar como costumbre,
Me anima…
A tener la necesidad de seguir viviendo.
Aunque sea por inercia.

Almas Rotas

 

 

Una pequeña reflexión en forma de amor perdido y cansado

 para todos los mandamierdas que nos desgobiernan,

esos que únicamente se acuerdan de ti cuando les viene el celo.

 

 

 

 

Sueños de un cajón
 Que ya no entiendo nada,
 Vienes a buscar…...

¿El qué?

Llorar en mi almohada.

 

 Que ya no estás de moda.
 Que no me da la gana,
Que si ahora estás sola,
Que si no me toca,
No, no, no me cuentes nada.

 

Ahora ya no soy
Pañuelo de almas rotas,
Cuando estaba ahí
No me dabas bola.

Siempre tras de ti
¿Y Tú?

 Para ti, sólo fotos de cajón.

Que sí, ahora estás sola,
Que si yo no estoy no mola.
¡Vamos! ¿Una copa…?

 

¡Hay que ver!

¡Cómo cansa el naufragar

 siempre de ola en ola!
Verdad verdadera.
¿Ahora te das cuenta?

 

Ya ves, ahora me doy la vuelta,
No quiero saber ya nada
De tu alma rota.

 

Y es que de una vez
 Tu tiempo ya pasó,

Mi pecho cicatricé
 Aunque llore tinteros.

 

Aunque duela, ¡fuera!

Ayer quebró todo.
 El pasado  no puedo cambiar,
El futuro lo estoy cambiando ya.

 Porque me da la gana.

Ladridos

Adiós, me dijo tu risa,
Puñales clavados en cualquier espalda,
Punzantes, que no dejan sabor a nada.
Salí corriendo a buscarte
Por funestos garitos de luces de colores,
Te he buscado intensamente, he buscado y no he encontrado ni rastro de ti.
Olores a rosas, perfumes de hielo
Carcajadas de rojo carmesí.


Por fin
Te encontré.
Lunares gambeteando entre el humo
De un fortuna, fuego intenso
Corriendo por mi vaso de ron,
Despejan el paso al calor.
Ahí tú guiñándome un ojo
Y tu lengua diciéndome no.

Y yo como un harapo
Detrás de tu reflejo fui.
Abrázame fuerte a este cariño
Te dije y ya nunca más te vi.
Olvidaste mi paladar
Y cual plañidera me vi desalmado
A cara de perro, golpeando ladridos,
Debí mirar atrás y rogar
Al dios de los desengaños
Que dejara de echar pelusa
Al ombligo de los desencantos
Que soy.

Hubo un estampido de mil campanadas
Rondando por el amanecer,
Pensando que no puede ser.
La luna violenta me escupe en la cara
Y me quedo pasmado como el que ve llover.
Mirándote al pasar


Queriéndote ofrecer-me.
Me comería las estrellas una a una
Por conquistar tu corazón de una vez,
Enlutando sinsabores sin retorcer…
Hasta enloquecer.


Quizá si supiera
El arte de la magia acunar
Te hechizaría.
Llorando una bahía
Las llaves al amanecer robaría.
Tu sonrisa me mata,
Tus ojos me hacen temblar.
Que sepas que no me he rendido
Porque he querido fracasar.

Me he transformado en borracho
Que con su lento divagar
Olvidando los inviernos,
Saludando a los cerezos,
Vuela y vuela alto
Olvidándose de recordar.

Necesidad

Sueño vivir en tu fuego
Llorando versos,
Soñando canciones.
Quizá, tal vez nunca,
Luego de golpear emociones
Sintonice mi reloj
Y deje volar mis pasiones.

Huiré sin degenerar
Cualquier sentimiento
De libertad y razón.
Y me esconderé en mi caparazón
Por toda la eternidad.

Me esconderé por evitar
Ojos que me quieren ver
Desilusionar, perdiendo la fe
De encontrar
Detrás de esta triste piel
Al duende de la confusión,
Intentando llegar
En el fondo de cualquier papel
A tu corazón.

Y giraré
La cabeza al verte pasar,
Sonrojaré
Si fuera la necesidad
De tenerte que saludar.

Mientras tanto
Ya ves,
Incapaz de articular nada
Si me cruza tu mirada.
Rompes mi corazón
Tan sólo con un hola.
Pero no puedo,
Me colapso,
Solo al verte.

Pero te encontraré
En mi habitación
Después de que den las diez.
Apagaré la luz
Y viviré en el sueño,
De nuevo en el sueño junto a ti.
Porque serás sólo para mí
Hasta que vuelva a amanecer.

Desidia

Llueven recuerdos
Tiembla la voz...
Esos momentos
De besos perdidos
En la memoria
Regresan de nuevo.
Volcán de sentimientos
En la mirada del adiós,
Cubren de hielo el corazón.

Y amanece en la calle del olvido.
Todo se torna gris en su caminar desbocado.
Infectado por el virus de la desidia,
Agarrotado, por la neblina azul de la adicción.
Fantasmas olvidados  congelan su mente adormecida.
Nadie mira su reflejo.
La verdad diluye su obstinación
Por recordar.
Por olvidar.
La soga aprieta.
Y cae.