Nunca esperes que te olvide, ni olvides jamás que te seguiré
esperando mientras queden fuerzas en mi degradado corazón.
No consigo olvidar el momento que decidimos juntos bebernos
a morro el paladar del encanto. Tiernamente nos saboreamos el uno al otro por
un breve espacio de tiempo, tiempo que congeló mi alma, que destrozó mi libertad. Preso de tu boca soy.
Dicen que es mejor haber amado y perdido que jamás haber
sido amado, pero no se que decirte corazón de mimbre, no me han enseñado a desentrañar el
dolor del corazón.
Puedo imaginarte y decir…que pienso en ti a cada hora, que
me dejes que sea el dueño de tu boca de aguardiente, de tus gritos en caliente, de mi amor a bocajarro.
Me duele la pena de tanto pensar, que ese otro no soy yo, que esa boca no irá con otra (mi) boca, ni de la mano a pasear. Hay amargura en mi garganta, soledad de
soledades, viento, marea y tempestades que no dejan conciliar mi sueño (sin ti).
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