Amanece, en la calle todo es gris,
Y suena en mi cajón,
El crepitar de un turbio abadejo,
El latido de un acorralado corazón.
Boom, boom, boom!
Es la lluvia que,
Alborotada,
Brota en mi interior y
Los rayos inundan
Con su luz el dolor de mi razón.
La tormenta.
Sin piedad entra
En mi angosta habitación,
Infundiendo con su tronío
El terror del desencanto.
Cómo infunde miedo el sonido de un tumulto.
Cómo quiera el tiempo escurrir su bulto,
Olvidando los sentimientos,
Inundando los recovecos
De un espíritu imperecedero.
Que rebusca entre las gotas
Acabada la tormenta,
Los escombros de una ácida lluvia,
Que endulce mi sabor.
Que enjuague mi sinsabor (a Ti).
El sol sale por el horizonte
Acorralando a las nubes,
Que sin duda irreverentes
Se confunden con la luna.
Que en la negra noche
Traen sus sombras,
Empecinadas en darme
Con sus grises pensamientos
Otra noche
De amargura.
En la que no poder pudiera
Tenerte aunque solo fuera en sueños.
.
(Por no tenerte delante).
Y suena en mi cajón,
El crepitar de un turbio abadejo,
El latido de un acorralado corazón.
Boom, boom, boom!
Es la lluvia que,
Alborotada,
Brota en mi interior y
Los rayos inundan
Con su luz el dolor de mi razón.
La tormenta.
Sin piedad entra
En mi angosta habitación,
Infundiendo con su tronío
El terror del desencanto.
Cómo infunde miedo el sonido de un tumulto.
Cómo quiera el tiempo escurrir su bulto,
Olvidando los sentimientos,
Inundando los recovecos
De un espíritu imperecedero.
Que rebusca entre las gotas
Acabada la tormenta,
Los escombros de una ácida lluvia,
Que endulce mi sabor.
Que enjuague mi sinsabor (a Ti).
El sol sale por el horizonte
Acorralando a las nubes,
Que sin duda irreverentes
Se confunden con la luna.
Que en la negra noche
Traen sus sombras,
Empecinadas en darme
Con sus grises pensamientos
Otra noche
De amargura.
En la que no poder pudiera
Tenerte aunque solo fuera en sueños.
.
(Por no tenerte delante).
Otra noche
ResponderEliminar"De amargura.
En la que no poder pudiera
Tenerte aunque solo fuera en sueños.
.
(Por no tenerte delante)."
Sencillamente perfecta, recuerda que después de una tormenta siempre viene la calma y muchas veces acompañada de buenos olores y maravillosos paisajes. Simplemente de bienestar.
Gracias por pasearte por mi blog y ayudarme con tus comentarios,sigue escribiendo, seguiré paseándome entre tus textos.
Cuídate, Gustavo. Un gran abrazo.
Entre la electricidad que ha dejado la tormenta, la contundencia del verso, y la imagen que has colgado, tengo los pelos de la barba erizados y creo que doy calambre si se me arriman.
ResponderEliminarUn abrazo