Recuerdo las sonrisas silenciosas
cuando contemplaban como me estrellaba con tu boca y esa húmeda sensación aún
hoy hace brotar lágrimas de mis ojos.
Recuerdo que la sangre que riega
mi pobre corazón oxidado se enaltece, bulle y palpita en el regalo de mis
dulces memorias.
Recuerdo que al plasmar estos
versos escanciados del dolor inusitado de mi quebranto, van dejando con el
chorro de negra tinta, indeleble impresión en mi alma.
Recuerdo una noche de brillante luna
cuando al mirarte comprendí que no te
tendría por siempre y tú lo sabias, sabías que aun robando mi vida no podría
mantenerte a mi lado para toda la eternidad.
Recuerdo que los sueños se
desvanecen cuando llega el alba adormecida gritando y desvelando a la mañana.
Recuerdo que sigo intentando que
el sueño me despierte uniendo mi tripa con la tuya al igual que dice el Kutxi
en su canción.
Recuerdo que los recuerdos se me
olvidan y te desvaneces, otra vez, como siempre, desde la última vez, desde
aquella vez, desde aquella curva.
Desvanecerse, como siempre, para siempre. Hay curvas redentoras.
ResponderEliminarSalud-os
Tus letras (y arañazos) entre frases de Kutxi...
ResponderEliminarSiempre nos dicen que en las curvas hay que reducir la velocidad y, nosotros, sea el tipo de curva que sea y donde sea aceleramos de más.
Un abrazo :)