Mi
espíritu no había conocido ninguna emociòn tan honda y dura hasta ese
momento.
La impresión sentida nunca se borró.
Recuerdos como imágenes de
un mal sueño, del que quisiera poder despertar.
Padecimiento,
contrariedades, lamentos sin fin.
Ebrio, suspiro y tiemblo.
Sin ser pesado, dedicado a la figura de mi padre. Espíritu Imperecedero.
Al leer estos versos, he tenido la profunda sensación de encontrarme con aquellos sueños que nos desvelan.
ResponderEliminarUn abrazo