No digas No

Cuando ella dijo no, se perdieron las ilusiones del eco de su voz, dejamos de respirar quizá nosotros también por un momento y no, vimos que no, que flotaba la desesperación entre el suspiro del corazón y el alfeizar de la ventana donde tantas veces jugamos a escaparnos. Donde a todos nos unió su sonrisa y su calor.

No digas no, porque se apaga una ilusión.

Nunca digas no, porque se pierde el valor de lo conseguido, 

de la razón, de lo vivido. 

Si ves solo brumas que empañan tu camino, 

cierra los ojos y deja fluir lo que aún perdura, 

déjalo salir. 

Pero no digas que no se puede, nunca digas no. 

Cualquier día sin darte cuenta, 

por tu ventana aparecerá tu destino,

lo difícil que es la libertad de poder tenerlo todo.

No lo dejes escapar, porque,

entonces, la brisa se llevará en volandas las nubes negras, 

obviando el sendero marcado, 

dejando libre un tumulto de corazones antes resquebrajados, esperándote. 

Así que no digas no, nunca digas no. 

No pierdas el valor, se fuerte asúmelo y no desesperes, 

nunca digas no. 

Que no nos deje tu risa, no vendas con prisa tu ilusión, 

espera que llegue tu momento, siéntelo