Duerme, duerme alegre pasajero,
que lastras polvo del camino, descansa ahora que el sol ya se fue, que ya hizo
su cometido marchando al atardecer, dejando paso a la luna para regir nuestros
caminos.
Sol que ajado trasiega el peso
del día, se va y nos regala la complacencia de la noche y su luna.
Luna que se esconde a veces en el
desfiladero, a veces en la sombra de una nube y que nos endulza las mareas,
luna de camino inquieto, rodeada de estrellas, circunscrita por el firmamento. Luna
musa y alma de poetas y señora de la sombra del lobo que no deja de aullar su
vuelta.
¡Ay Luna!
Despierta eterno viajero que el
sol prometió volver justo al amanecer.
Fiero animal que llora, porque no es aullar,
ResponderEliminarlamento ciego, densas mareas..
Luna amable lame las heridas,
las heridas de aquel que escribe.. en las horas de la noche.
Me gustó.
Besos siempre.
Me gusta que te guste. Gracias.
EliminarBesos siempre.