Volví a nacer cuando perdí el dolor de tus silencios,
cuando descubrí en el placer de tus miradas lo que
siempre enmarcaban mis sueños…

"En lo Hondo"
Gustavo GP

miércoles, 22 de julio de 2015

Locura y Pasión (I)


Es esta una historia diferente a todo lo que he escrito hasta ahora,  es un relato largo que pienso publicar por capítulos, no se tres o cuatro, ya veré, porque aun no está terminado, lo voy escribiendo sobre la marcha y aunque creo  saber el final, a todo se le puede dar la vuelta repentinamente.

El Encuentro



Resultado de imagen de encuentro de amorFue una tarde lluviosa de otoño cuando la conocí, recuerdo el agua fría empapar mi rostro y mi abrigo, busqué un refugio hasta que escampara y de repente, ondeando su cabello oscuro la vi, apareció ante mis ojos la criatura más bella que jamás había visto…
Tenía ojos oscuros y labios rojos, los recuerdo rojos como la sangre, como el color de las rosas, como el rojo atardecer que solía contemplar cuando era niño.
Quedé sorprendido al verla, mis ojos seguían el curso de sus dedos que paseaban entre sus cabellos, haciendo que el agua se escurriera dibujando diminutos riachuelos.
No podía mantenerla la mirada, pero tampoco quería apartarla… De repente, ella se giró y me miró tan profundamente que penetró dentro de mi alma y en sus labios noté el atisbo de una sonrisa en la que denostaba confusión, tristeza, felicidad, nostalgia, pasión…
Pero no había palabras, no existían letras ni emociones tales para conjugar el sentimiento y la pasión que llevaba dentro de mí. Me estaba volviendo loco. Notaba el susurro del latido de mi corazón como bombas explotando a la vez. ¡Boom, Boom, Boom!
Quedé congelado en aquel instante que ella sonreía, no pude hacer nada, ni el más mínimo intento de movimiento. Tímidamente agachó la cabeza, con su mano derecha acomodó los cabellos que se habían posado sobre su mejilla, levantó la mirada colocándose el mechón de pelo detrás de la oreja y lentamente empezó a acercarse hacia mí.
– ¿Qué haces robándome el alma con la mirada? – me dijo y acto seguido me besó tan tiernamente que en un instante pensé estar besando un copo de algodón.
¡Dios! Me ha besado la mismísima Venus…
Al abrir los ojos ella no estaba, se había esfumado y yo ahí atontado con todo mi cuerpo empapado en sudor a pesar del frío y de la lluvia y el corazón a puntito de salirme del pecho.
Dejó de llover un instante y salí despavorido a buscarla, pero no estaba, no podía llamarla, no sabía su nombre.
Regresé a mi casa sin dejar de verla en mi interior, no podía olvidar esa cara, esa boca, esos ojos. Estaba desconsolado y enamorado.
Entré en mi habitación y me quité la ropa empapada, encendí la chimenea y cubrí mi cuerpo con una manta. Entonces mi mente se perdió en el vacío de la inconsciencia fijando la vista en la llama de la vela que poco a poco se extinguía, al igual que la esperanza de volver a verla.

2 comentarios:

  1. Hola Gustavo, ya espero el segundo capítulo de tu relato. Com bien dices, el final, se proveerá. Hay tantas posibilidades de esto o aquello, incluso de un tiempo pasado, o un presente, una historia romántica situada en algúna cuidad de época, donde la magia es realidad, o por ende, en la actualidad. Lo hermoso de escribir es que se puede viajar en el tiempo, se puede casi todo, y eso, amigo, es maravilloso.

    Besos siempre.

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    1. Me alegra que te gusté María. Como bien dices todo puede pasar...y pasará. Mañana puede que salga a la luz el siguiente, todo dependerá de las hadas.
      Besos siempre.

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