Cuánto tiempo ha pasado desde que te vi
En el espejo de mi alma,
En el resplandor de la fachada de mi cara
En la rutina palaciega de su sotana.
He venido a buscarte, a destaparte de tu soledad.
A desnudarte en mis sueños de libertad.
A descuidarme de perderte una segunda vez
Por las tripas de la gente, de la nimiedad.
No permitiré que me desplacen otra vez.
Cómo no sentirme prisionero, de tus sueños celoso,
Triste y oprimido por tus obras, despojos,
De almas rotas, de risas, de besos de flor.
Arrugas me dejan surcos como retoños tiernos
Como monedas desdibujadas y manos encalladas
Intentan ser dueñas de caminos, de nadie eternos.
Esta noche en la cama, sudoroso, rebufo a carcajadas…
…y sueño contigo.
Hoy y siempre
En la añascarada, irrisoria y falaciosa mente disparada de mis sentimientos hacia ti.
Solemos tener la valentía de salir a buscar a esas personas con la esperanza de, quizás, que todo vuelva a ser como antes o mejor.
ResponderEliminar"He venido a buscarte, a destaparte de tu soledad.
A desnudarte en mis sueños de libertad".
Un saludo.
Y sin embargo embelesa y mucho..
ResponderEliminarAbrazos
Pudiera ser que fuera un sueño solamente, sueños de enamorado imberbe, o no, quien sabe si la realidad fuera diferente...
ResponderEliminarLos surcos que dejan las arrugas permiten la siembra. Algo saldrá. Un abrazo
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