He vivido bajo sueños rotos de amores indomables, de quehaceres
sufridos, de derrotas impares. Has vuelto a destronarme. Una pizca de fulgor
errante es lo que ha venido a destrozarme. Mi amuleto es una noria que cuando
gira y gira nunca sabe donde perder su rodar eterno. Ese es mi sino, sueño
perdido incapaz de todo.
Te he tenido musa inconsciente, en la memoria indulgente de
mi vida sensorial, te he llamado intermitente en mi dulce crepitar de lamentos
y alaridos inconsecuentes.
No necesito rozar tu piel para andar contigo, sentirte
cerca, te busco y no encuentro lugar donde alojar esos sentimientos, angustia y
dolor, por no estar cerca, por sentir tu aroma de jazmín y flor.
Andas en compañía y mi afán de no incordiar disculpa mi
latir, pues mi deseo es que seas lo feliz que mi penar no te da.
Sigue tu camino sin sentido para mi, destroza mi destino, se
feliz. No deseo un camino conmigo pero sin ti. Tú no quieres un destino junto a mí.
O si, quizá, ¿te lo he pedido alguna vez?
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