Una lágrima corre por mi mejilla
cuando comprendo que cerrar los ojos es la manera más rápida de estar a tu
lado. Contando recuerdos en mi butaca azul, mientras escribo estos versos, me llega tu ansiada y querida presencia.
Créeme que lo he intentado muchas veces, pero
nunca he conseguido tener esa fervorosa fe que tienen los demás, no nunca he creído
en nada más que en mi mismo. Y lo que mis ojos miran.
La vida nos da coletazos y restregones, y mira que yo la traté mal para que aún me sonría, aunque la
verdad no estoy en lo cierto que fuera verdaderamente así. Abandonado al dolor de tu abandono. Pero el azar o el destino,
lo que nos juzga, o yo que sé qué lo ha decidido así.
Seguramente hice más por
marcharme que tú y que no puedo dejar de pensarlo noche y día, es más que
cierto. Si hubiera sido al contrario el
mundo sería de otra manera. Tendría tu luz. La misma que te alejó de mi lado. Desde el mismo instante en el que caminabas hacia esa luz, desde ese mismo segundo, mi alma se colmó…de nostalgia, de rastrojos
carcomidos por la hiel.
Pero esa maraña de revoltijos que
es la existencia humana, se ve plagada de despojos y muestra de ellos, los míos, los mismitos que
dejaste, esos que permanecen sentados en la butaca azul hilvanando soledades y putadas
de amor, como son mi sonrisa gris y mis
ojos tristes.
Ahora empiezo a creer, noto que se me erizan los cabellos de la nuca al
recordarte, cuando por las noches sueño que quiero soñar contigo, cuando cada
día estoy más cerca de ti, cuando comprendo que por fin vienes a por mí. Has tardado demasiado.
oh! es muy triste ese instante en la butaca azul. Pero cálido deseo a la vez de que en el sueño se cumple otro encuentro.
ResponderEliminarMe llega,
Saludos,Gustavo.
No se, quizá fuera el momento que llevaba esperando mucho, pero que mucho tiempo. El verdadero amor deja secuelas que jamás se olvidan, aunque podamos (intentemos) distraerlas.
ResponderEliminarMuchas gracias por el halago.
Es imaginativo cómo desde esa butaca lanzas tu soledad amorosa provocando al final un nuevo encuentro.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife y ha sido sentada en una butaca azul dónde te he encontrado¿coincidencia? tal vez, por aquí me quedo husmeando tus palabras. Te dejo enlace de mi espacio para cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Simplemente, a sus pies.
EliminarPasaré de vez en cuando para degustar encantos.
Un abrazo y muchas gracias
Parece como si yo hubiese escrito esto.. Sé de lo que hablas cuando mencionas la palabra dolor, abandono y el no ser merecedor de eso.. Pero como dices, siempre nos quedará cerrar los ojos y soñar.. Eso nadie nos lo puede quitar! :)
ResponderEliminar"Seguramente hice más por marcharme que tú y que no puedo dejar de pensarlo noche y día". No sé ni cómo ni exactamente por qué, hubo un momento en el que yo también me fui. Y luego, buscamos explicaciones donde no las hay y nos inundamos de nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Queremos más! :)
ResponderEliminarVaya, me ha encantado. No tengo palabras para expresar lo que me has hecho sentir en esta entrada.
ResponderEliminarAqui te dejo yo también mi blogs para cuando puedas le eches un vistazo y me cuentas que tal: www.kamikazeporeso.blogspot.com :) Sigue escribiendo. Besitos
Gracias, pasaré de vez en cuando. Abrazos
Eliminarfascinante blog
ResponderEliminarme quedo aqui para leerte