Volví a nacer cuando perdí el dolor de tus silencios,
cuando descubrí en el placer de tus miradas lo que
siempre enmarcaban mis sueños…

"En lo Hondo"
Gustavo GP

domingo, 25 de marzo de 2012

Las Aventuras de Elliot (2)- Dorian, el Guardián del Bosque de Wran-



Elliot estaba como loco por volver  del colegio esa tarde, no hacía nada más que darle vueltas a la frase que Dorian le dijo, ¿Cómo podía el conocerle?
Al llegar a casa, Elliot, fue directamente a la casita del árbol, a rebuscar entre los cuentos que ya había leído y releído tantas veces. ¡Allí estaba! Estaba confuso, ¿cómo podía ser que Dorian, el Elfo que le había regalado el colgante, fuera en realidad el protagonista de uno de sus cuentos? Posiblemente fuera en realidad un sueño, tampoco era del todo cierto, el colgante seguía anclado en su cuello…
Cogió el cuento que tenía por título “Dorian, El Guardián del Bosque de Wran” y comenzó a leerlo para poderlo comprender:
“Dorian era un elfo joven para su pueblo, pero demasiado viejo para los humanos, era su primera misión de adulto y no podía fallar a su pueblo. Le habían conferido la tarea de salvaguardar la entrada suroeste del bosque de Wran, allí donde habitaban unos cazadores furtivos a los que nada detenía.
Uno de los días en que Dorian caminaba, entre los matorrales notó el rugido de un animal.
Se acercó a la alberca y allí, tendida en el suelo con la pata retorcida por la trampa, se encontraba una preciosa loba gris. Era un cachorro aún pero ya tenía bien desarrollados sus dientes como pudo comprobar el elfo al intentar quitarle los grilletes.
Dorian alimentó y cuidó de la loba hasta que ésta fue ya capaz de alimentarse sola y vivir en libertad en el bosque. Durante esos meses, Dorian no dejó de perseguir a los furtivos que cada día iban al bosque a cazar animales para luego vender sus pieles o traficar con sus huesos. ¡Intentaron cazar a Lorcuff! Una pequeña loba indefensa. No cejó en el empeño hasta que un buen día contempló cómo un hombretón se tambaleaba, colgado boca abajo de una de las ramas de un viejo sauce, capturado en una de sus propias trampas.
“Dime un solo motivo por el que tenga que dejarte libre hoy, cazador de animales.” Le dijo Dorian.
El furtivo le contestó que no tenía ninguno, pero que si le dejaba ir  ya no volvería a cazar más animales.
Dorian se lo pensó un poco, intentando leer la mente del furtivo y después de un momento le dejó libre, pero no, sin que se llevara un mordisquillo  de recuerdo, de la pequeña Lorcuff en el trasero. Y con la condición de quitar todas las trampas que hubiera por el bosque”.  
“¡Oh! Ahora lo recuerdo, son Las Aventuras de Dorian, nunca conseguí leer la serie completa. Nunca es tarde si la dicha es buena “. Se dijo Elliot, y el colgante refulgió de nuevo en su cuello.

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